martes, 21 de agosto de 2007

Nuestras intenciones y las de los demás.

No voy a entrar a juzgar ningún tipo de acciones de márketing social o de responsabilidad social corporativa, como la emprendida por el diario El Mundo, que ha decidido dedicar el 10% del precio de portada del diario a las víctimas del terremoto de Perú. No voy a entrar a juzgar el hecho de que entre la ayuda que llega hasta las víctimas desde Venezuela se encuentren latas de atún con propaganda política (¿gubernamental? ¿partidista? ¿personal?) de Hugo Chávez. Ni siquiera voy a entrar a juzgar, que el diario El Mundo anuncie su semana solidaria, ni si es una estrategia para vender más periódicos, o es un generoso acto de caridad y/o solidaridad a la vez que en la misma portada critica el envío de ayuda de Venezuela que califica (El Mundo, que yo no juzgo) de propagandístico.
Y como no voy a juzgar no sé si esto resulta divertido, descarado, clarificador, dramático, triste, serio, chistoso, ridículo, solemne o, en definitiva, bueno o malo. Sólo me atrevo a calificarlo como un poco curioso, al menos para mí.

viernes, 3 de agosto de 2007

La ciencia tiene una respuesta para todo


Y si no lo creen, lean:


Y los científicos nos dan aquí la explicación.

Así que, por ahora, habrá que seguir confiando en los científicos.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Sinceridad Mayúscula


José Luis Borau ha sido elegido nuevo presidente de la SGAE. Con el afán de ser respetuosos con nuestros mayores, únicamente diremos que en 1975 dirigió una película con gran éxito tanto de público como de crítica, titulada Furtivos. El resto de su obra, no ha sido sin embargo tan existosa, aún así, su currículum se ve adornado por algún que otro galardón. No se me ocurriría dudar ni de su honradez ni de su capacidad de trabajo (como tampoco lo haría de ninguna otra persona a quien no conociera). El hombre, en un ejercicio de sinceridad, ha estrenado el cargo, entre otros muchos actos y aparaciones, con un encuentro digital en elpais.com, en el que la primera respuesta que daba era la siguiente: " La supuesta mala imagen de la Sgae corresponde nuestra obligación de recaudar cuanto más mejor en beneficio de los miembros de la sociedad (la que él preside, no en la que vivimos todos). No recaudamos para una empresa privada ni para un banco ni para una institución oficial. Simplemente la Sgae es una entidad de Gestión y tiene como obligación el procurar a sus miembros los mayores beneficios posibles". Y ahora, lo que toca añadir es aquello de que "se puede decir más alto...". En fín, si no es bastante obvio, siempre se puede añadir que una entidad que tiene como obligación procurar a sus miembros los mayores beneficios posibles, quizá no sea una empresa privada en sus estatutos, o su forma jurídica, pero lo es absolutamente en su funcionamiento. Si además, está empresa, uy perdón, sociedad de gestión, ejerce, como lo hace en la práctica, un monopolio, ya que así hemos de considerar el hecho de que en España es prácticamente imposible publicar una obra audiovisual si no les pagas, uy perdón, si no te asocias, el asunto empieza ya ser terrible. La verdad es que no se me ha ocurrido seguir leyendo las demás preguntas y respuestas, básicamente, porque no me interesa la opinión de la entidad que preside. Y además, ya me la sé.
En cualquier caso, siempre hay espejos más positivos en los que mirarse, y por eso quiero recordar aquí a Juan Antonio Cebrián, escritor y periodista del que me confieso admirador además de oyente habitual de su programa, la rosa de los vientos. Una larga carrera en la radio le avala, y un gran número de oyentes habituales (en torno a 400.000) y en horario de madrugada. Aún así, también tiene algún que otro detractor. Puede ser que esto le ocurra por tener gestos como permitir a la medioteca de Madrid que disponga de sus narraciones históricas, a los que el llama pasajes de la historia, o versus, si se trata de narrar alguna que otra enesmitad entre personajes históricos. Cede esos derechos sin que a él le reporten ningún beneficio económico. Algo estarán revisando los de la Sgae para que esto no pueda volver a ocurrir. De todas formas, gracias sr. Cebrián.