domingo, 30 de diciembre de 2007

Me sorprendo del bullicio, y ya no sé qué decir....

Hay que ser muy torpe para convocar una manifestación en defensa de la familia precisamente en fechas tan cercanas al 24 de diciembre, fecha que ya definió Forges como el "día internacional de la cuñada" . Pero en fin, que cabía esperar. Por otra parte era muy lógica la convocatoria, porque como todo sabemos, está a punto de entrar en vigor la ley que prohibe el matrimonio cristiano. Además, no faltan todo tipo de argumentos racionales, científicos, éticos y morales de verdadero peso:
Cardenal Cañizares (parafraseando a Juan Pablo II): "No tengamos miedo, contamos con la fuerza de Dios, reclamemos nuestros derechos inalienables". Esto ya me da un poquito de miedo, la verdad.
Y muestra de despliegue de medios, conexión en directo desde Roma con Ratzinger: "Ésta -la familia-, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, constituye el ámbito privilegiado en el que la vida humana es acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural". No, si por algo lo eligió el espíritu santo entre todos los demás cristianos para ser papa.
Podríamos seguir citando una gran cantidad de estupideces y/o barbaridades, pero no merece la pena, ahí están los periódicos por si alguien tiene curiosidad. No se puede esperar más, de alguien que no sólo no entiende que darle legitimidad a otras opciones no es lo mismo que negar la propia, que no puede concebir que si dos personas quieren dejar de ser pareja, por ejemplo, es estúpido, bárbaro y nocivo no permitírselo, etc... Ya ha habido muchos antes que pensaban lo mismo: si eran políticos, tiranos, si eran musulmanes, talibanes o fanáticos, si eran católicos, generalmente, gente de bien. Lo realmente preocupante es que una barbaridad tan grande como la que se ha convocado hoy, reúna a dos millones de personas, o a un millón, o a medio, o a alguien.