martes, 9 de marzo de 2010

2010. Una odisea en el Vaticano.

2010, ese año en el la teletransportación sería posible, los coches volarían, la energía solar sería suficiente para alimentar todo el planeta, naves colonizadoras surcarían los espacios siderales, los robots tendrían que atenerse a la legislación robótica, los humanos se alimentarían a base de píldoras... y el Vaticano descartaría uno de los 271 (¡¡¡271!!!) milagros atribuidos al papa Juan Pablo II, por lo cual se va a retrasar un poco su beatificación. No sé si me gusta más que se hable de milagros "documentados", que quien fue el representante de Dios en la Tierra necesite pruebas para que se demuestre que era un santo, o que esto sea necesario para que salga en las estampitas y se le pueda rezar "legalmente". Realmente, es todo tan exótico, que es difícil decantarse, aunque creo que me quedo con el hecho de el futuro santo ya tenga asignado su cargo, puesto de trabajo o plaza (llevará la concejalía, ministerio, departamento, consejería, o como quiera que se llame esto allí, de deportes) para cuando pase a ocupar su plaza de funciosanto. Mucho me temo que o sacamos a nuestros deportistas de los centros de alto rendimiento y los llevamos a entrenar a misa, o no volvemos a oler una medalla. Por perder el tiempo entrenando cuando habría que estar rezando.

miércoles, 3 de marzo de 2010

George Psalmanazar (Vidas Contadas)

George Psalmanazar ( ? de ? de 1679-3 de Mayo de 1763) era un tipo que vivió, al parecer en el mejor sentido de la palabra, de ser un impostor. No tienen más que darle al play si quieren oir un escueto resumen de su vida en 3 minutos y medio


(o hacer click aquí si prefieren descargarlo). Resulta curioso como entonces un pillo, que tres siglos después incluso despierta nuestra simpatía, aprovechaba el desconocimiento general de la sociedad (en este caso sobre la isla de Formosa) para montarse una vida a lo grande. Puede que esto nos recuerde a los actuales políticos, banqueros o sociedades de gestión de derechos de autor, que se utilizan igualmente el pillaje, para seguir hablándonos de crisis, soluciones, trabajo, cultura, cánones o coyunturas macroeconómicas mientras nos meten la mano en la cartera confiados en que no sabemos de qué nos hablan. Quizá, dentro de tres siglos estos pillos que hoy tanto odiamos también produzcan simpatía. Aunque la evolución del pillaje ha sido realmente horrible desde esos tiempos, en los que personajes como
George Psalmanazar se servían de su ingenio para medrar y vivir a costa de las personas e instituciones más poderosas, mientras hoy, son las personas las que se sirven de las institicuiones más poderosas para sacarnos los cuartos y encima darnos lecciones. Gracias a este pillo, que hoy se me antoja realmente simpático, me he vuelto a enganchar a la radio como no lo había hecho desde que descubrí a Juan Antonio Cebrían (q.p.d.), hace ya más de una década, y espero poder seguir disfrutando, gracias a este magnífico podcast de los breves momentos de radio que nos traen estas Vidas Contadas.