lunes, 29 de diciembre de 2008

Madoff

Desde que se empezó a hablar de la crisis, desde que desde hace ya algunos años veníamos sufriendo el precio de la vivienda, hasta que la falta de dinero desenmascaró a los bancos y demostró que lo que estaban haciendo era exactamente lo que ya todos sabíamos (que nos estaban robando, vaya. Y no sólo eso, además nos pedían más dinero para así poder seguir robándonos. Y ahí estaban nuestros gobiernos para dárselo, por si acaso nosotros no quisiéramos financiar voluntariamente a los que nos roban, a los que por otra parte ya estábamos financiando sin querer. Me lío.). Bueno, desde entonces, hemos ido descubriendo más y más gente repugnante, como responsables, demonios y culpables de todo lo habido y por haber.
Y al final aparece Madoff, y uno ve como en su lista de estafados están Steven Spielberg, Pedro Almodóvar, la heredera del imperio L´Oréal y mujer más rica del mundo, Liliane Bettencourt, o el magnate Arpad Busson, prometido de la actriz Uma Thurman; por un lado, o los bancos y sociedades de inversión más importantes del mundo por otro y por otro más largo aún; o Alicia Koplowitz (aquí ya puede imitarse el gritito de gusto ése de los anuncios de media markt del placer de comprar más barato) con 36 millones de euros perdidos. Entonces es cuando uno se da cuenta de que no odia a la gentuza como Madoff. Y no sólo no la odia, sino que la envidia y la admira, y tiene que expresarlo como ya lo expresó el genial Ibáñez en el número de Mortadelo dedicado a las olimpiadas de "Moscú 80":


Sí, estimado Sr. Madoff, me quito el sombrero.